Puerto Carreño
Esta ciudad, límite fronterizo con Venezuela, fue fundada en la confluencia de los ríos Meta y Orinoco. Por su estratégica ubicación, su puerto fluvial se convierte en un destacado escenario comercial y de transporte. Dentro de sus reconocimientos se destaca por ser la ciudad más arbolada del país y por los cultivos de mangos y marañones, presentes en sus extensas sabanas. Toda esta riqueza vegetal es un excelente marco para disfrutar de la calidez de los habitantes de este territorio, quienes serán sus mejores anfitriones en su paso por este destino colombiano.
Cerro de la Bandera
Ubicado al suroriente de la ciudad, este es el principal mirador turístico de Puerto Carreño. Recibe su nombre gracias a que en 1913 el general Buenaventura Bustos, comisario del Vichada, ubicó una bandera de Colombia en su cima, con el objetivo de ejercer soberanía. Desde este lugar se observan las desembocaduras de los ríos Meta y Bita en el Orinoco, también se divisa el cerro del Bita y el casco urbano de la capital departamental.
Cerro del Bita o Jardín Botánico
Este afloramiento rocoso es un buen lugar para tener una panorámica de la unión de los ríos Bita y Orinoco. El cerro fue declarado en 1998 como jardín botánico y banco de germoplasmas, ya que es hogar de importantes especies de flora exótica y microexótica y de árboles nativos como el bototo, el aceite, flor amarillo, el horquetero orinoqueño, entre otros.
Isla Santa Elena
A tan solo 22 km en línea recta desde la capital departamental por el río Orinoco, se encuentra esta bella isla de aproximadamente 350 ha y con imponentes formaciones rocosas propias del escudo guayanés. En este escenario natural disfrute de caminatas a través de sus senderos ecológicos, con variados tipos de vegetación y fauna propia de la región. Realice también pesca deportiva, goce de paseos por el río, baños en las piscinas naturales y majestuosos atardeceres, teniendo como escenario la piedra del equilibrio o el morro del toro.
Playa del río Orinoco
Extensas playas e imponentes formaciones rocosas en la ribera del río son el escenario ideal para disfrutar durante la temporada de verano (noviembre-abril), cuando el Orinoco se convierte en el balneario preferido de turistas y residentes, quienes disfrutan de varios deportes de playa, como fútbol y voleibol, o acuáticos, como el esquí y el canotaje.