Así se recupera la laguna de Fúquene
A 90 kilómetros de Bogotá, en la provincia de Ubaté en Cundinamarca cerca al límite con Boyacá, se abre paso la laguna de Fúquene. Alimentada por el río Ubaté, integra el complejo Fúquene, Cucunubá y Palacios que actualmente alcanza 3.138 hectáreas.
Aunque hace más de 200 años este cuerpo de agua tenía una extensión cercana a las 13 mil hectáreas, erróneamente la laguna fuera sometida a diversos impactos provenientes de actividades humanas, entre ellas la expansión de terrenos para la ganadería, que causaron la pérdida de su espejo de agua.
Con el fin de revertir esta situación, desde hace algunos años uno de los principales objetivos de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) tiene previsto en sus planes de acción la recuperación de este cuerpo de agua.
Para este cuatrienio 2020 – 2023, la CAR planteó la ambiciosa meta de extraer 9.5 millones de metros cúbicos de sedimentos como parte de la recuperación de la laguna. A la fecha la entidad está a punto de cumplir la meta. Con maquinaria especializada como barcazas, excavadoras anfibias y una draga de corte y succión, ha logrado la extracción total de 9.461.845 metros cúbicos de sedimentos y material vegetal, con lo que ya ha sido posible la reconformación de 448 hectáreas de espejo de agua devueltos a la laguna.
Hay que recordar que durante su historia la laguna de Fúquene ha sido víctima de depredación ambiental, ocasionada por terratenientes que tomaron la decisión de secarla con el fin de utilizar estas tierras para agricultura, ganadería y vivienda, para lo cual utilizaron especies de árboles y pastos introducidos de otros países con una capacidad de absorción de humedad muy elevada. A este impacto ambiental se le suman los vertimientos ilegales de químicos agroindustriales y desechos humanos.
Como parte de la recuperación, hoy la CAR inspecciona a través de video los vertimientos para contrarrestarlos, así como la pesca ilegal o invasión de la laguna. La vigilancia se hace de día y de noche y se transmite en tiempo real. Esto gracias a un robusto sistema de rastreo y monitoreo realizado a través de la plataforma Evaluación, Seguimiento y Control Ambiental (PESCAR) ubicada en su sede central en Bogotá.
La ejecución del proyecto de recuperación, que integra labores de adecuación hidráulica, extracción de sedimentos y retiro de material vegetal acuático, no solo benefician a las tres lagunas del complejo de humedales, sino que se implementan integralmente en los diferentes cuerpos de agua que lo conforman, como son ríos, quebradas, canales y vallados. A la fecha son alrededor de siete mil kilómetros de ocho fuentes hídricas, que incluyen los ríos Suárez y Lenguazaque, en los que se ha realizado limpieza y mantenimiento para permitir el libre flujo del caudal, lo que contribuye a que ya sea posible la navegabilidad.
“Es un poco demorado el proyecto, pero es bueno, se está viendo el resultado”, destaca Mario Pirabán, habitante de la vereda Tagua de Fúquene. “Importantísimo que la laguna se pueda navegar porque así fortalecemos el ecoturismo en la región”.
Como don Mario cerca de 650 mil personas que habitan en la zona de influencia de la Laguna se benefician con el proceso, gracias a los diferentes componentes como las técnicas de producción, principalmente pecuarias, que se han transformado para ser amigables con el ecosistema, lo que influye en la disminución de carga contaminante que llega a la laguna.
También se ha fortalecido el trabajo con los artesanos de la zona, quienes hoy extraen el junco del material vegetal que se retira del agua con el cual elaboran sus canastos y demás productos que comercializan en la región.
El pasado diciembre José Agustín Briceño, uno de los artesanos de la región, hizo un pesebre gigante elaborado con el material que para e cuerpo de agua resulta invasor.
“Hicimos las primeras figuras gigantes gracias al apoyo de la CAR que nos ayudó con el material vegetal que sacan de la laguna. La alcaldía nos dio un impulso económico y nosotros aportamos a la naturaleza” cuenta.
Además, la CAR tiene ya listo un proyecto de compostaje, el más robusto de Colombia, para que el material que se extrae se aproveche y se convierta en un abono orgánico que sirva para recuperar las áreas degradadas de la cuenca. Por ahora, el sedimentado se lleva a los predios periféricos que tenían problemas de inundación para ayudarles a disminuir este riesgo.
Doña Concepción Rodríguez es una de las beneficiadas. Recuerda cómo en antaño su predio vecino a la laguna se inundaba y ahora, con el material extraído, ya ha logrado restaurarlo. “Yo he sabido aprovechar el material que se saca de la laguna. Por la cantidad de agua que ha tenido el terreno, se satura y se inunda y el material extraído es una materia prima que nos sirve para ayudar a levantarlo, con este material hemos venido llenándolo para que cuando llueva no haya tanta dificultad con el agüita”.
El secado de los sólidos extraídos del lecho lagunar tiene un tiempo estimado de tres meses, durante este periodo el material dragado y sedimentado se deshidrata, y posteriormente es usado para elevar el nivel de los terrenos que están por debajo de la lámina de agua de la laguna, permitiendo disminuir los niveles de vulnerabilidad frente a los eventos de creciente que ocurren en las épocas de lluvia, otra parte de los sedimentos deshidratados son usados para labores en siembra de cultivos y pastos.
“La gente no da permiso casi de echar el sedimento, pero si no fuera por los trabajos de la CAR, en el invierno pasado que hubo nos hubiéramos inundado”, asegura José Alirio Cañón, habitante del sector El Roble de Fúquene.
Aunque la restauración del espejo de agua ya comienza a ser notoria, la CAR prevé que sea en unos diez o doce años que la laguna esté recuperada.
Recuperación de las lagunas de Cucunubá y Palacio
La CAR mejoró la capacidad de regulación hídrica mediante el retiro de la vegetación acuática y sedimentos del lecho en las lagunas de Cucunubá y Palacio. La meta es remover 3.412.887 metros cúbicos en la primera fase para la laguna de Cucunubá y 760.839 metros cúbicos para la recuperación de la laguna de Palacio.
De esta última ya se han restaurado 15 hectáreas de espejo de agua con una remoción de sedimentos de aproximadamente 363.554 metros cúbicos, equivalente a 47.78 del volumen total a recuperar.
La Laguna de Cucunubá lleva un avance de recuperación de espejo de agua de 32.2 Ha y un volumen de extracción de sedimentos de aproximadamente 735.000 metros cúbicos, equivalente al 21.53% de la meta propuesta.