Naturaleza, paisaje y ecoturismo en Providencia y Santa Catalina
Si hay un lugar empeñado en la conservación de su entorno ese es Providencia y Santa Catalina; dos islas montañosas que hacen parte del archipiélago y que gracias a su posición geográfica distante de otros destinos, son un remanso de paz y tranquilidad. Hermosas playas vírgenes y solitarias son ideales para el reposo, así como también para explorar el mundo marino y para practicar deportes náuticos.
Santa Catalina
Esta pequeña isla de 1 km de extensión está conectada con Providencia por el puente de Los Enamorados y se caracteriza por su exuberante vegetación constituida por manglares, árboles frutales y vegetación propia del bosque seco tropical. Bellos paisajes son los protagonistas de la isla: colinas, montañas y una buena cantidad de senderos naturales, como el que conduce a la Cabeza de Morgan, uno de sus atractivos turísticos.
Reserva Natural The Peak
Cadenas montañosas se erigen con una altura de 360 msnm en la isla de Providencia y justamente el pico más alto es una reserva natural. Este ecosistema, en donde predomina el bosque seco tropical, es de vital importancia para los locales, ya que es allí donde hacen presencia zonas de nacimientos que vierten sus aguas para el suministro de los habitantes de la isla. El ascenso a la cima lo puede hacer inicialmente a caballo y posteriormente por senderos peatonales y puentes construidos para un arribo más asequible.
Senderos Ecológicos
La preservación y conservación del entorno es unade las premisas de los nativos que habitan Providencia y Santa Catalina, así que uno de los principales atractivos de la isla es precisamente su entorno, el cual se puede apreciar a través de senderos que resultan ser uno de los planes favoritos de los visitantes. Tanto en Providencia como en Santa Catalina se puede realizar esta actividad ecoturística. Entre los senderos más destacados está el que conduce a Salt Creek, una bella caída de agua a la que se arriba iniciando el recorrido en Lazzy Hill y cercando la orilla de una quebrada. Otro de los recorridos es el Sendero entre bahías; desde la playa de Manzanillo hacia la bahía del sureste o viceversa se puede caminar o hacer el trayecto a caballo por estas bellas playas y encontrar a su paso fósiles coralinos, fulgurantes lagartos azules y todo tipo de aves propias del archipiélago.
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